lunes, 30 de abril de 2012

De nombres, cowboys y aliens…

Ayer vi por fin Cowboys &. Aliens, película que me llevaba esperando bastante tiempo pero por diversas razones no le pude hacer un espacio. En el fondo, me repelía un poco la idea de la película… Sí, me repelía porque me sonaba a algo muy, muy comercial, con un argumento sin sentido alguno y al fin y al cabo una pérdida de tiempo sin más. Pero por recomendación de algunos amigos decidí a emprender la tarea. 

Valió la pena. La película es totalmente aceptable y tiene grandes momentos. Además, ya sólo los nombres del reparto son razón de peso para verla. El film cuenta, obviamente, un ataque alienigena en una sociedad en la que, en el cine, pocas veces –o nunca- se había intentado juntar. Que los extraterrestres ataquen a nuestra sociedad moderna es algo archiconocido. Ubicar eso mismo en el lejano Oeste es una idea bastante ingeniosa. Es lo que hizo H. G. Wells en su libro “The War of the Worlds” –un ataque de otro planeta en la sociedad londinense a principios del S. XX.- que luego Spielberg –para decepción de muchos- adaptó en un ambiente trilladísimamente contemporáneo. “Cowboys &. Aliens” tiene una historia interesante, bien contada que, si bien se adivina a la legua, no cansa, mantiene entretenido y deja mucho por la calidad de sus personajes. Y quizá es eso lo que más me gustó de la película: la evolución de cada uno de sus personajes. 

Advertencia: de ahora en más, todos serán spoilers, por tanto si no han visto el film… vayan a conseguirlo… 

Los personajes que comienzan siendo odiosos, poco a poco van mutando a entrañables personas conforme ellos, y nosotros, descubrimos cómo son realmente. Dolarhydel, interpretado por Harrison Ford, en un principio es un déspota vaquero dueño de tierras y gran cantidad de ganado. La pérdida de su hijo, Percy, le hará conectarse con otras personas para ayudar y ayudarse. Ahora tomemos a Jake, el protagonista que protagoniza Daniel Craig. Al inicio es un criminal que, por razón desconocida, no recuerda su penoso pasado al igual que todos sus delitos. Este es justamente el punto para que él pueda decidir si en verdad quiere ser lo que fue, con todo su pasado, o revertir todo aquello y comenzar de nuevo. Me quedo con una frase que le dice el predicador a punto de morir: “en el fondo eres una buena persona. No es importante lo que fuiste, si no lo que eres”. Parecen frases algo acarameladas pero al diablo con ello si nos hacen detenernos y pensar un poco sobre nuestra vida. La película está claramente dirigida a eso: a demostrar cómo una persona puede cambiar, cómo grandes acciones pueden desviar el curso de nuestra historia y cómo todos en el fondo buscamos el bien. 

Además de estos personajes en los que vemos un cambio no hay que olvidar el increíble giro que significa la verdad sobre Alice (Abigail Spencer). El que venga de otro planeta y que haya tomado forma humana para así poder mezclarse resulta, en el punto en que es develado, algo fuera de sitio, pero sin embargo es perfecto teniendo en cuenta el desenlace final de la historia. 

La película, podría pasar –sobre todo en su primera mitad- como un western –y de los buenos-. Las tomas de paisajes desérticos al igual que la escenografía es –aunque modesta- muy creíble y atractiva. Ya girando hacia la segunda mitad, nos encontramos con el relato de ciencia ficción pura y dura. Pero lo bueno de todo esto es que los protagonistas son mucho más escépticos que si por ejemplo lo mismo pasara en este tiempo. Y por tanto, el enfrentamiento entre la raza humana y la alienígena es un poco más interesante. 

Sin embargo, lo que no puedo entender y fue lo que me molestó durante toda la película, fue el título de la misma. Por qué razón vinieron a ponerle Cowboys &. Aliens, un título tan nerd y fantasioso que a primera vista espanta. Es obvio, de eso trata el film, pero ponerle ese nombre en mi opinión no es del todo acertado. Cuando pensaba esto me acordaba de un comentario que hizo Andrés Borghi en Facebook a raíz del nombre de Abraham Lincoln: Vampire Hunter–dicho sea de paso también nombraba la película que hoy nos ocupa-. Decía Borghi que tales películas están tratadas de forma muy seria y sin embargo el nombre las hace parecer funcionales solo para un ambiente como internet: plagado de cosas que muchas veces desentonan. Digo yo, ¿no hubiese sido mejor ponerle un título algo más metafórico, que no diga directamente de qué va el film? Ponerle Cowboys &. Aliens es tan tonto como ponerle “James Bond contra Marte”. Entiendo que el título es comercial, pero incluso algo tan chirriante como “Demonios de otro planeta”, “Los demonios del oro”, simplemente “Demons” o “Venimos por el oro” –los que hayan visto el film entienden, claro, que los vaqueros les llaman “demonios” y que además ellos vienen por el oro- son más ingeniosos e intrigantes que el título que fue elegido.